Marina Vañó Martí nace en Barcelona el verano de 1996 y ya desde pequeña gracias a la influencia de sus profesores y una situación familiar compleja encuentra un refugio, un hogar en la escritura y literatura. A los trece años escribe su primer poema. A los quince, después de la muerte de su abuela pierde la relación con su padre y no vuelve a saber de él. Una vez llega el bachillerato reúne las fuerzas para dejar los estudios y embarcarse a descubrir cuál es su pasión, su mayor fuente de amor. En ese viaje a Asia se reencuentra con la fotografía y en la orilla del Ganges cerca de un crematorio donde la vida y la muerte se celebran por igual; tiene la clarividencia de que la vida si no se vive con amor se marchita. Es en el arte donde se reúne con su voz, la forma de ver la realidad y desprenderse de las creencias acorazadas de la sociedad.