Nacido en Bilbao cuando ésta era la urbe gris por la que muchos aún siguen identificándola, cursó
estudios de Ingeniería Industrial que apenas interfirieron con su vocación literaria (¿Debieron hacerlo?)
Técnico de corbata odiada –que desenrosca del pescuezo apenas termina el lapso al que obliga el
Convenio-, marino aficionado, viajero circunstancial, flâneur de su ciudad las más de las veces, el autor
olisquea por doquier en busca de aromas que condensar en pócima de su agrado para rociarse con ella y
así recobrar su esencia cuando los demás olores, insoportables, amenazan con fijársele con tenacidad de
lapa.
Y si bien es cualidad de los perfumes no gustar a todos, o no hacerlo a todos por igual, poco debería
importar: no están hechos para ello.