Breve historia de la «ASTRONOMÍA»: el nuevo libro de Ignacio Ramón Echeburúa Estévez

Breve historia de la «ASTRONOMÍA»: el nuevo libro de Ignacio Ramón Echeburúa Estévez

ASTRONOMÍA: Presentación de la obra

 

portada del libro Astronomia con galaxias

Se puede representar esquemáticamente el universo como el conjunto de todas las innumerables estrellas, reunidas en conjunto aislados (galaxias, cúmulos de galaxias, etc.), y de la materia interestelar e intergaláctica. El primer intento de describir el universo en su totalidad dentro de una teoría físico-matemática fue llevado a cabo en tiempos recientes por Einstein, en 1917, como aplicación de su teoría de la relatividad general. El modelo de Einstein, sin embargo, era un modelo estático y planteaba la hipótesis de que las galaxias estaban distribuidas uniformemente en todo el espacio. El paso decisivo hacia la concepción actual del universo fue dado en 1922 por el matemático Friedmann con la hipótesis de que el universo no es estacionario, sino que se expande a partir de un estado inicial  (singularidad), en el que todo el espacio tenía un volumen nulo y toda la materia estaba concentrada en un punto. El modelo de Friedmann prevé tipos distintos de universos, según el valor de la densidad media de la materia del universo; si ésta es menor o igual a un cierto valor crítico, el universo continuará expandiéndose indefinidamente, de lo contrario ralentizará la expansión  hasta detenerla y transformarla en una contracción para volver a la singularidad inicial. El modelo de Friedmann fue retomado en 1948 por Gamow, que planteó la hipótesis de una explosión inicial (el Big Bang) de materia superdensa y muy caliente (la bola de fuego primordial)  que habría originado el espacio, el tiempo y la materia. La teoría del Big Bang y del universo en expansión, reconsiderada dentro del llamado  modelo  estándar, fue bien acogida por la práctica totalidad de los físicos y de los astrónomos a partir de los años sesenta. Su definitiva confirmación se produjo con el descubrimiento de la radiación del cuerpo negro a 2,4 K, residuo de la gran explosión que tuvo lugar hace  unos 15.000-20.000 millones de años aproximadamente. El modelo estándar fue resisado en la primera mitad  de los años ochenta por lo que se refiere a lo que sucedió en los primeros segundos a partir de la singularidad inicial. La nueva teoría, llamada del universo inflaccionario, es el producto de los logros de la física sobre las partículas y el modelo estándar. Según esta perspectiva, el universo habría tenido origen en una fluctuación estadística del vacío absoluto, entendiéndose por vacío un estado carente de tiempo, de espacio y de materia.

Aunque parezca que no, la astronomía actual necesita de posturas claras y rotundas. A lo largo de este texto, el autor Ignacio Ramón Echeburúa Estévez desenlaza su postura, que puede parecer rotunda y firme, pero como toda teoría. Para completar esta idea, anotaremos que el ensayo científico se caracteriza por su rigor académico, donde la finalidad es profundizar  sobre un tema específico a partir de argumentos teóricos, que aborda temas a partir de la generalidad con una interpretación mucho más amplia, donde cada una de las afirmaciones que se realizan en el curso del ensayo están sustentadas a partir de teorías expuestas.

Destaca la postura de Stephen Hawking tanto científica como su postura frente a la vida. Hawking, físico teórico británico, a pesar de sus discapacidades físicas  y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que  padecía, Stephen Hawking es probablemente el físico más conocido entre el gran público desde los tiempos de Einstein. Luchador y triunfador, a lo largo de toda su vida logró sortear la inmensidad de impedimentos que le planteaba el mal de Lou Gehrig, una esclerosis lateral amiotrófica que le aquejó desde que tenía veinte años. Hawking fue, sin duda, un caso particular de vitalidad y resistencia frente al infortunio del destino.  Después de obtener el título de doctor en física teórica (1966), su pasión por el estudio del origen del universo fue en aumento, y sus investigaciones se centraron en el campo de la relatividad general, particularmente en la física de los agujeros negros, descrita por primera vez por Robert Oppenheimer en 1939.

Ciertamente, Hawking no sólo es comparable con Albert Einstein por su popularidad: al igual que el formulador de la teoría de la relatividad, Stephen Hawking se planteó la ambiciosa meta de armonizar la relatividad general y la mecánica cuántica, en busca de una unificación de la física que permitiese dar cuenta tanto del universo como de los fenómenos subatómicos. En 1971 sugirió la formación, a continuación del big bang, de numerosos objetos denominados «miniagujeros negros», que contendrían alrededor de mil millones de toneladas métricas de masa, pero ocuparían sólo el espacio de un protón, circunstancia que originaría enormes campos gravitatorios, regidos por las leyes de la relatividad.

Sus estudios sobre los miniagujeros negros lo llevarían a combinar por primera vez la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica para resolver el problema de estudiar estas estructuras de dimensiones muy reducidas y de densidad extraordinariamente elevada, sobre las que no se creía que se pudiese obtener algún conocimiento. En 1974 propuso, de acuerdo con las predicciones de la física cuántica, que los agujeros negros emiten radiación térmica hasta agotar su energía y extinguirse. Hawking ha explorado asimismo algunas.-

Las teorías de Hawking le conduce a menudo al  terreno intelectual, que tradicionalmente ha sido el terreno de la religión más que de la ciencia, y él  reconoce esto explícitamente en la frasee con la que concluyó su  best-seller, Una breve historia del tiempo, donde declara que su último su último propósito es “conocer la mente de Dios”.

foto de una galaxia

Animado por este científico, Ignacio Ramón Echeburúa Estévez levanta toda una ASTROLOGÍA personal. Desde luego, no pretende “conocer la mente de Dios”. Stephen Willian Hawking nació en Oxford, el 8 de enero de 1942 y murió en Cambridge el 14 de marzo 2018. Fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico. Sus trabajos más importantes consistieron en aportar, junto con Roger Penrose, teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general y la predicción teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo que se conoce hoy en día como radiación de Hawking (o a veces radiación Bekenstein-Hawking). Una de las principales características de su personalidad fue su contribución al debate científico, a veces apostando públicamente con otros científicos. El caso más conocido es su participación en la discusión sobre la conservación de la información en los agujeros negros.

Como autor de libros divulgativos sobre ciencia alcanzó enormes éxitos de ventas, en los que discute sobre sus propias teorías y la cosmología en general, como Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, de 1988, y que estuvo en la lista de bestsellers del The Sunday Times británico durante 237 semanas, Brevísima historia del tiempo , de 2005, en colaboración con Leonard Mlodinow, en la que trató de explicar de la manera más sencilla posible la Historia del Universo, motivo por el cual se le conoció como El historiador del tiempoEl historiador del universo​ y El universo en una cáscara de nuez), de 2001. Los manuales de este autor, como declara Ignacio, en su despacho, se encuentran esparcidos por la mesa, la biblioteca.

 

Ignacio Ramón Echeburúa Estévez sobre su obra «ASTRONOMÍA»

La historia de la astronomía es la historia de una de una continua expansión de horizontes: expansión en el espacio, desde los astros más cercanos y dominantes de nuestro  cielo, como el Sol y la Luna, hasta  los confines más lejanos del universo. Es también la historia de una expansión en el tiempo, paralela a la ampliación progresiva de los límites del cosmos: cuanto más lejanos  están en el  espacio los cuerpos que observamos, más distantes se encuentran también en el tiempo. Y es asimismo ha historia de una expansión intelectual, pues de un modelo de mundo finito, geocéntrico y a escala del hombre, se pasa a un universo en el que el espacio y el tiempo sonde una vastedad casi incomprensible para nuestra mente, y en donde el ser humano se ve relegado a un tamaño diminuto.

Yo creo, sinceramente, que dos son los motivos por lo que el hombre normal y corriente husmea en la Astrología. En la actualidad, el hombre, mirando a la infinidad del cielo, se siente solo y cada vez con más insistencia se pregunta por la vida en otros puntos del cosmos. Todos los planetas de nuestro sistema solar orbitan alrededor del Sol. Los planetas que orbitan alrededor de otras estrellas se llaman exoplanetas. Todos los planetas de nuestro sistema solar orbitan alrededor del Sol. Los planetas que orbitan alrededor de otras estrellas se llaman exoplanetas. Los exoplanetas son muy difíciles de ver directamente con telescopios. Están ocultos por el resplandor brillante de las estrellas que orbitan. El término vida extraterrestre se refiere al hipotético tipo de vida que pueda existir fuera del planeta Tierra y que no se haya originado en él. Tal vida puede variar desde simples procariotas (o formas de vida comparables) hasta seres con civilizaciones mucho más avanzadas que la humanidad.

Así, el hombre que ha practicado la trashumancia desde siglos, con tiempo tiende a la búsqueda de otros hogares; y si nos los encuentra en el planeta Tierra, lo busca, por ejemplo, en el sistema solar. Toda civilización ha estudiado los astros, cada una a su manera, y la evolución de esta disciplina  está ligada de manera inextricable  a la evolución intelectual y tecnológica de la sociedad.

Ignacio R. Echeburúa
Ignacio R. Echeburúa

¿Dónde vino  la inspiración para escribir el libro?

Trataba de hacer un trabajo sobre cosmología, diferenciándola de la cosmogonía. En principio, la cosmología es un término compuesto por las palabras griegas «cosmos» (orden, universo, mundo) y «logos» (discurso, tratado, etc.) que significa etimológicamente «tratado del universo». Por lo general nos referimos, con dicho término, a la concepción del universo en una determinada época y/o filósofo, es decir, a la explicación del universo, que queda reflejada en un determinado «modelo» en el que podemos encontrar elementos matemáticos y físicos, pero también culturales y estéticos. Fue el nombre dado por Wolf a la parte de la metafísica u ontología que estudia el mundo físico como unidad (filosóficamente).

Por su parte, la cosmogonía comprende las Teorías míticas sobre la génesis del mundo,  especialmente sobre su transformación en Cosmos desde el Caos primigenio. Cosmogonía viene del término procedente de la palabra griega “Kosmogonia” compuesta a su vez de «kosmos» (orden, mundo universo) y «goné» (generación, producción) que etimológicamente significa «origen del universo». La cosmogonía es un relato de carácter mítico con el que se quiere explicar el origen y la constitución del universo, a partir de la acción de los dioses y a través de varias generaciones.

 

¿Cómo fue el proceso creativo?

El proceso creativo fue tortuoso, enrevesado y complicado. Piénsese que yo soy una persona de Letras, por lo que he tenido que contar con todo tipo de ayuda. Un estudiante de físicas, sí es una persona de Ciencias. Pero, ante todo, y más que nada, me apoyado en la copiosa bibliografía  que hunde sus raíces en las últimas páginas de este libro. Por otro lado, téngase en cuenta que yo ya estaba acostumbrado a la utilización del vocabulario propio de la Geografía, por lo que se pueden encontrar la bases conceptuales de la Geografía como ciencia espacial. Las Ciencias planetarias se basan en las ciencias de la Tierra, pero convenientemente generalizadas para  incluir las distintas masas, atmósferas, temperaturas o energía recibida. En suma, pues, las ciencias planetarias, también llamadas planetología o geografía planetaria,  son el conjunto de materias interdisciplinares implicadas en el estudio de los planetas, o sistemas planetarios, incluyendo al sistema solar, de cuyos planetas se tienen más datos, por lo que sus modelos son más elaborados, pero también a los planetas extrasolares. Las ciencias planetarias estudian objetos que van desde el tamaño de un meteorito hasta los gigantes de gas del tamaño de varias veces el planeta Júpiter. A grandes rangos las ciencias planetarias estudian la formación de los sistemas planetarios y de sus satélites; se ocupan en particular de estudiar su masa, tamaño, gravedad superficial, velocidad de rotación, achatamiento, estructura interna, densidad, antigüedad de su superficie, erosión, evolución, actividad tectónica, vulcanismo, campo magnético, auroras, interacción de la magnetosfera con el viento solarestaciones del planeta y su atmósfera, velocidad de escape y búsqueda de vida entre otros objetivos de estudio. En cuanto al estudio de la atmósfera se comprende el estudio de su composición, formación, presión superficial, densidad, circulación general, temperaturas, vientos, actividad erosionadora de la atmósfera, transporte de energía, perfiles en altura de temperatura, densidad y presión, entre otras. La planetología es una disciplina de reciente creación. Alimentada por la gran masa de informaciones recogidas en el curso de las exploraciones espaciales, la planetología estudia el origen y la evolución de los planetas de los mecanismos que en el tiempo han modelado sus superficies. Se basa en las ciencias de la Tierra, pero convenientemente generalizadas para incluir las distintas masas, atmósferas, temperaturas, o energía recibida desde el astro central y que es el motor de la máquina planetaria. Naturalmente la astronomía es la ciencia principal pero seguida de una geología planetaria o comparada (astrogeología), la ciencia de las atmósferas planetarias es una generalización de la meteorología y como ciencia básica de soporte de todas las referidas la física, cuyas leyes son universales y por tanto aplicable a los distintos planetas. Otra disciplina auxiliar es la astrobiología. Los datos a incluir en la teoría de las ciencias planetarias provienen de la astronomía y la exploración espacial además existe un importante componente teórico que utiliza como herramienta la simulación por computadora.

 

¿Por qué escogiste este título para tu libro?

La ASTRONOMÍA es la ciencia que estudia los astros, especialmente su estructura, sus movimientos, su evolución y sus posiciones relativas.  Ciencia que trata de todo cuanto se refiere a los astros. La astronomía es, en realidad, la ciencia del universo físico. En todo tiempo, la observación de los astros ha sido acompañada de hipótesis que pretenden sistematizarlo o explicarlo. El primer sistema del universo rigurosamente objetivo fue el de Claudio Tolomeo (s. II a C), quien, valiéndose de antiguas observaciones aproximadas y aceptando la inmovilidad de la Tierra en el centro del mundo, demostró las posiciones y movimientos relativos de los astros en el cielo. El triunfo de Copérnico (1473-1543) sobre Tolomeo se debió a que, al cambiar el centro del universo y postular que el Sol estaba fijo y la Tierra y los demás astros daban vueltas a su alrededor, pudo demostrar con igual rigor geométrico un sistema con muchas más probabilidades de corresponder a la realidad. Tycho Brahe (1546-1601), al pretender conciliar la teología con la tesis copernicana, creó un sistema aun más complicado que el de Tolomeo, por cuya razón fue abandonado. Galileo (1564-1642), el primer sabio que observó el cielo con un aparato telescópico, se adhirió al sistema de Copérnico, lo que dio lugar al conocido incidente con el tribunal de la Inquisición. Keppler (1571-1630), aprovechando el caudal de observaciones de Tycho Brahe, precisó las leyes del movimiento de los planetas alrededor del Sol, y medio siglo más tarde Newton (1642-1727), al formular las leyes de la gravitación universal, dio el definitivo golpe de muerte al sistema de Tolomeo. La exigencia de precisión y de rigor en las observaciones suscitó el problema de la naturaleza de la luz, cuya difusión se había creído hasta entonces instantánea. Galileo quiso demostrar que su transmisión exigía tiempo, e imaginó un sistema de espejos que se comunicaban un rayo de luz, idea que fue utilizada hace tres cuartos de siglo por Michelson y Morley para construir el famoso interferómetro y realizar los experimentos que fueron uno de los puntos de partida del relativismo de Einstein. El astrónomo danés Roemer (1644 – 1710) demostró y calculó por vez primera la velocidad de la luz observando los eclipses de los satélites de Júpiter. Los métodos y el campo de actividades de la astronomía no sufrieron alteración sensible hasta mediados del s. XIX. La fotografía y la espectrografía fueron los dos inventos que abrieron a la astronomía horizontes hasta entonces insospechados y revolucionaron a la par sus métodos y el sentido y alcance de la concepción del universo. Después de estas innovaciones el sistema copernicano ha quedado reducido a muy poca cosa. El Sol, con todos sus planetas, ha pasado a formar parte de un conjunto infinitamente más complicado que se llama el sistema de la Vía Láctea. Este conjunto constituye por sí solo una especie de universo de forma lenticular con infinidad de soles, todos con su sistema planetario, entre los cuales nuestro Sol, a pesar de sus enormes magnitudes, resulta ser uno de los más pequeños. Pero lo más asombroso ha sido comprobar que el sistema de la Vía Láctea no era más que una nubecilla, uno de los incontables sistemas semejantes que el telescopio descubre perdidos en forma de nebulosas o galaxias en las inmensidades del espacio. La astronomía se desarrolla actualmente dentro de las concepciones de la curvatura del espacio y del universo en expansión. Hoy se precisa en consecuencia que nuestra galaxia, con el Sol y su minúsculo sistema planetario, pertenece a un conjunto de unos cien mil millones de nebulosas espirales, cada una de las cuales contiene la materia de unos cien mil millones de sistemas solares con planetas parecidos a los de nuestro sistema. La astronomía suele dividirse en:

1)astrofísica, que estudia las características de los cuerpos celestes; constituye la parte más importante de la astronomía.

2) cosmografía, llamada también astronomía descriptiva, cuya finalidad es la descripción detallada de los planetas, satélites, cometas, nebulosas, etc.

3) mecánica celeste o astrometría, que se dedica a estudiar los movimientos de los astros.

4) cosmogonía, que estudia la formación de las galaxias de los sistemas planetarios, sus respectivas evoluciones y teoriza sobre la evolución del universo en general.

 

¿Cómo seleccionaste lo que estaría o no en el libro?

 Leyendo a Stephen Hawking, concretamente LA TEORÍA DEL TODO. El origen y el destino del universo. En esta esclarecedora obra, el gran físico británico Hawking nos ofrece una historia del universo, del big band a los agujeros negros. En siete pasos, Stephen Hawking  logra explicar la historia del universo, desde las primeras teorías del mundo griego y de la época medieval hasta las más complejas teorías actuales, siempre con su característico tono didáctico y accesible a todos los públicos. Newton, Einstein, la mecánica cuántica, los agujeros negros y la teoría de la gran unificación desfilan por estas páginas acercando al lector los misterios del universo. “Un libro exquisito. En definitiva, auténtica poesía del infinito”.

 

¿Qué mensaje esperas difundir con tu libro?

 Me gustaría que quedara clara una cosa Vida y materia son dos conceptos que evolucionan al unísono. Así como el universo y la vida también lo hacen. Vamos a ver como desde un punto filosófico,  se estudia la creación. Dejando aparte el significado del término «creación» que alude a la capacidad humana de producir una realidad a partir de otras preexistentes, significado importantísimo en lo que toca a la creación artística y al que nos referiremos más abajo, desde un punto de vista propiamente filosófico cabe hablar de creación en dos sentidos principales: como producción divina de algo a partir de una realidad preexistente, de lo que resulta un orden en donde antes existía el caos, y como producción divina de algo a partir de la nada. El primero de los sentidos fue frecuente entre los filósofos griegos, para quienes era imposible concebir la idea de que algo pudiese generarse a partir de la nada. Ejemplo de ello es la teoría de Platón, en la que un demiurgo ordenador es el encargado de producir el mundo sensible a partir de una materia caótica primera y de acuerdo con un modelo que es el mundo inteligible o mundo de las ideas. Sin embargo, a partir del nacimiento del cristianismo, cobró mayor relevancia el segundo sentido. En la tradición hebreo-cristiana la idea de creación como creación de la nada es central. Aparece ya en las Escrituras (aunque se ha discutido mucho si en ellas se habla de creación como creación de la nada) y se confirma al traducirse éstas al griego. Desde ese momento se contrapusieron de modo radical y excluyente las nociones de creación y emanación. La noción de creación que propone el pensamiento cristiano supone que lo creado ha sido «extraído» de la nada por Dios, de forma que se admite una causalidad eficiente de naturaleza absoluta y divina.

De la idea de creación tal y como ha sido expuesta se deduce la no eternidad del mundo, como admitió San Agustín de forma explícita a lo largo de su obra, y tal idea excluye también cualquier posibilidad de dualismo o panteísmo. Por lo general, los grandes filósofos cristianos, desde Santo Tomás a los racionalistas, admitieron la idea de creación continua, lo que significa que la criatura depende continuamente de la operación divina, de forma que no seguiría existiendo si Dios no continuara obrando.

Respecto a los intentos de compresión intelectual de la creación a partir de la nada, se han delineado distintas posiciones: hay quienes niegan la posibilidad de tal compresión y relegan la cuestión a un artículo de fe, o bien quienes la niegan formalmente como incompatible con el saber racional, o quienes consideran que tal cuestión es una cuestión metafísica que la razón no puede solucionar, pero que ocupará por siempre al espíritu humano como una tendencia inevitable. Los que han intentado abordar el problema de forma más radical conciben la cuestión como algo que trasciende el ámbito de la razón pura y que puede abordarse por otros caminos. La mayoría de estos caminos pasan por la negación o, por lo menos, la ampliación del principio lógico de identidad; tal principio constituye el fundamento de la afirmación «de la nada, nada se hace», aceptado como inamovible desde que fue expuesto por Parménides. Parece, por lo tanto, que la modificación del principio es necesaria si es que se pretende aceptar la afirmación contraria: «de la nada se hace el ser creado». X. Zubiri ha señalado precisamente que el proceso filosófico desarrollado de San Agustín a Hegel no es sino la marcha hacia un pensamiento cristiano que permita aceptar la última de las afirmaciones mencionadas. Sin embargo, la noción de creación, como muchas otras nociones metafísicas, se resiste sistemáticamente, ésa es la verdad, a cualquier intento de análisis intelectual, y por eso la tónica general ha sido negar al intelecto la posibilidad de enfrentarse con su dilucidación.

Las anteriores reflexiones contrastan con las conclusiones que obtienen algunas teorías cosmológicas contemporáneas que sí admiten la noción de creación. Una de ellas es la denominada «teoría del universo en estado estacionario», de H. Bondi, T. Gold y F. Hoyle, según la cual hay una continua creación de materia a partir del espacio vacío. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la noción de creación que defienden estas teorías físicas contemporáneas está lejos de ser equivalente a la noción teológica. La cosmología contemporánea acepta la creación y sacrifica el principio de conservación en aras de una simplificación de la imagen del universo que esté dotada a su vez de mayor poder explicativo; está muy lejos por tanto de plantear el problema como una pura cuestión de fe.

Por último, es necesario hacer referencia al concepto de creación artística, es decir, al sentido que se da al término «creación» cuando se usa para designar la producción humana de bienes culturales. El creador, el artista, han sido a menudo comparados a lo largo de la historia de la filosofía occidental con un demiurgo o con una especie de dios finito. De este modo se ha planteado una gran analogía entre el sentido metafísico y teológico del término y el sentido estético, y se ha intentado explicar la actividad estética y artística mediante su comparación con la actividad divina. La diferencia primordial, evidentemente, es que la creación estética no puede ser considerada una verdadera creación a partir de la nada, con lo que en este ámbito se eliminan no pocos de los problemas que planteaba, tal y como se ha visto, la noción de creación.

 

¿Es tu primer libro? ¿Cuál es la sensación de publicarlo?

 Exactamente, no se trata de mi primer libro. Es la quinta publicación que hago yo mismo. La sensación es similar al aire fresco que te da sobre la cara, permitiéndote respirar más hondo. Los resultados que ha conseguido la Editorial Autografía han sido espléndidos, sorprendiéndome mucho el resultado final.

 

¿Sigues escribiendo? ¿Piensas en publicar otros libros?

Sí, sí sigo escribiendo. Me gustaría que en el futuro viera la luz una obra titulada GIPUZKOA, paso a paso. Se trata de Literatura de viajes, un subgénero literario en el que el viaje y sus peripecias adquieren importancia capital y constituye el hilo conductor de la obra. Este tipo de obra continúa teniendo notables representaciones hasta nuestros días.

portada del libro Astronomia con galaxias

 

 

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