El manuscrito de Jerusalén – Charlando con Juan Carlos Campos

El manuscrito de Jerusalén – Charlando con Juan Carlos Campos

El protagonista de «El manuscrito de Jerusalén», Pedro Velázquez, es un profesor de arqueología en horas bajas: no tiene vida social ni familiar y acaba de divorciarse. Su mayor enemigo le obliga a un traslado a Jerusalén. Desanimado y hundido, Pedro cree haber tocado fondo. Daniela, su hija, acude en su rescate. Juntos en Jerusalén sobreviven a un atentado que desemboca en un descubrimiento arqueológico de primera magnitud.

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Esta es tu primera novela, es decir que El manuscrito de Jerusalén es tu primer acercamiento desde la autoría y no tenías parámetros previos sobre publicaciones propias. ¿Cómo ha sido el proceso de escritura? ¿Te ha llevado mucho tiempo?

El proceso de escritura de EL MANUSCRITO DE JERUSALÉN me ha llevado poco más de un año. Suele ser lo habitual en una novela. El proceso empezó durante un taller de escritura creativa, durante mi etapa formativa. En una ocasión, se propuso en clase desarrollar la idea de cómo iniciar una novela. Yo propuse tener como inicio un hallazgo arqueológico. Nadie aportó más ideas entonces. Esa noche, ya en casa, le seguí dando vueltas a ese inicio. Fue así como surgió un protagonista, que sería profesor de arqueología, una hija que actuaría como contrapeso de su padre. También algunas dificultades que tendrían que surgir durante la trama. El resultado, año y pico después, es EL MANUSCRITO DE JERUSALÉN.

Cada autor funciona de manera diferente. Cada uno tiene sus tiempos, procesos y hábitos. ¿Cómo ha sido el tuyo? ¿Has ido investigando a la par de la escritura, o habías realizado la investigación y definido el contexto donde se desarrolla la historia previamente?

En cuanto al contexto, tenía claro que estaría ambientado en la época actual. Creo que eso conecta más con el lector que situarlo en épocas pretéritas. Por supuesto, he tenido que documentarme. En la novela, son muchas las referencias a los evangelios y a otros datos relacionados con manuscritos antiguos. Quería que todo fuese verosímil, que el lector tuviese la impresión de que tal descubrimiento y todo lo que genera su hallazgo puede ser real, que todo podría suceder si algún día se llega a descubrir un manuscrito semejante. Por lo demás, siempre quise que el trasfondo de la novela fuese una historia de sufrimiento y de superación. De que, por muy duras que sean las dificultades, es posible superarlas. Desde luego, a veces se imprescindible ciertas ayudas a determinados personajes. En el caso de esta novela, el protagonista se ve en situaciones tales que las ayudas deben llegar por parte de personajes que aportan algo (visiones de la vida distintas, ayudas materiales, apoyo emocional y afectivo).

Estas dos preguntas que siguen siempre es interesante saberlo: ¿A qué público dirías que está apuntada la historia? y ¿Cuánto de autobiográfico hay en la historia o en los protagonistas? Es decir, ¿hay elementos en los que te sientas reconocido dentro de la historia?

Tenía claro desde un principio que mi historia sería para todos, o casi todos los públicos. Con la superación y el sufrimiento creo que nos identificamos todos. Con un mínimo de empatía que se tenga, se pone uno del lado del que sufre. En cuanto a lo autobiográfico, hay mucho de mí en Pedro Velázquez (el protagonista). No me ha costado mucho describir sus emociones porque muchas me ha tocado vivirlas. Por supuesto, yo no soy profesor de arqueología ni he descubierto nada revolucionario, pero su situación personal, afectiva y emocional es un reflejo autobiográfico. Solo hasta cierto punto. Por ejemplo, a mí no me han intentado asesinar (de momento), como le sucede al protagonista.

¿De donde surge la idea de escribir una historia con la arqueología y Jerusalén como elementos?
Como explicaba anteriormente, surge de un taller de escritura creativa. Fue una idea digamos desaprovechada por parte de mis compañeros de taller, que tal vez no la encontraron interesante. A mí me gustó desde el primer momento y la exprimí solo unas horas después. En cuanto a Jerusalén, me pareció el lugar más interesante y más apropiado para situar el hallazgo arqueológico en torno al cual gira toda la trama. Jerusalén ya era un lugar muy importante en la Antigüedad, de modo que, con un gran descubrimiento arqueológico, es fácil que pueda volver a serlo en la época actual, dentro del contexto de esta novela.

¿Tienes pensado o en proceso un segundo libro?

Rotundamente sí. Esto es lo que me gusta hacer. También ayudan mucho las opiniones de quienes hasta ahora han leído la novela. Coinciden en que «engancha mucho». De momento aún no he empezado con un segundo libro, porque estoy con la promoción de EL MANUSCRITO DE JERUSALÉN, pero pienso seguir escribiendo.

 

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