Iván Martínez-Palacios nos presenta El mal, una obra intensa y cautivadora que
nos adentra en la mente de Susana Rodríguez Peláez, una Guardia Civil enfrentada a los casos más oscuros de su carrera. Con una narrativa cruda y emotiva, este libro invita al lector a explorar los rincones más oscuros de la naturaleza humana y las repercusiones que el mal puede tener en nuestras vidas. La historia de Susana, escrita en su último acto de vida, nos hace reflexionar sobre los límites del bien y el mal, así como sobre la fragilidad de la justicia. A través de una serie de relatos, se revelan crímenes que no solo impactaron a sus víctimas, sino también a
quienes, como Susana, se vieron obligados a enfrentarlos.
Preguntas para el autor:
- ¿Qué te inspiró a escribir El mal y abordar el tema del crimen desde una perspectiva tan personal y emocional?
El mal comenzó a ser creado durante la pandemia. En ese momento en el que todos estábamos encerrados, tuve que decantarme entre hacer panadería, que siempre se me ha dado fatal, o escribir, que siempre me ha gustado. Por suerte, cree El mal.
Siempre me ha fascinado el mundo del crimen y soy fan de los programas de televisión que exploran crímenes reales. Soy un fiel lector y siempre quise crear un personaje como tú o yo. Un personaje cotidiano y cercano con el lector y, creo, lo he creado.
La maldad humana no siempre es tan complicada o enrevesada como nosotros creemos. La gente hace cosas horribles sin motivo alguno y es eso justo lo que quise representar en mi obra. El mal no siempre lleva cuernos en la cabeza o son psicópatas desde pequeños. Este, a veces, es una persona a la que consideramos maravillosa y en la que confiamos. Es eso justo lo que está plasmado en la novela.
- ¿Cómo fue el proceso de creación del personaje de Susana Rodríguez
Peláez? ¿Qué elementos de su personalidad te resultaron más desafiantes de desarrollar?
Susana surgió como por arte de magia. A veces creo que ella simplemente me buscó a mí para salir a la luz. Siempre tuve claro que mi personaje tenía que ser una mujer y siempre supe que la personalidad de ella tenía que ser una personalidad que representara, en cierto modo, la sociedad actual. De hecho, a lo largo del libro, su personalidad va cambiando conforme ella va envejeciendo y se va convirtiendo en alguien más maduro.
No quería a la típica policía de novela sabelotodo, pedante o atormentada. Susi no es nada de eso. Es una mujer como otra cualquiera que disfruta tanto resolviendo casos como tomándose un carajillo y dos churros a media mañana. Ella es una persona completamente normal que no finge ser lo que no es.
Lo más difícil, fue su personalidad. He tenido que “suavizar” muchas de las partes del libro porque ella tiene una personalidad un tanto peculiar. Es la dualidad de su personalidad lo que más complicado ha sido plasmar. Por un lado, tenemos a una persona que se toma la justicia por su cuenta, que es borde y desagradable si le caes mal y que las normas, para ella, es algo optativo. Por otro lado, tenemos a una persona que siempre se posiciona del lado del más débil y que es muy empática con las personas que sí se lo merecen y que no para hasta que se hace justicia, cueste lo que cueste. Parecen dos personas completamente diferente unidas en una mujer de mediana edad.
- La obra presenta una narrativa muy realista de los casos
¿Realizaste alguna investigación especial sobre el trabajo de la Guardia
Civil o sobre los casos que se mencionan?
Sí que me estuve empapando de la forma de trabajar de la Guardia Civil. Era algo imprescindible para la novela. En cuanto a los casos, no. Es una novela que me llevó dos años escribir. Los casos aparecían como por arte de magia en mi mente en momentos inoportunos y ello me llevaba a plasmarlos por escrito. Entre caso y caso, podían pasar meses de sequía hasta que una idea surgía.
Cuando comienzo a escribir un caso, casi nunca sé quién es el malo o la mala. Siempre ha sido la historia la que me ha llevado a explorar diferentes alternativas y, en cierto modo, era Susi la que me daba las respuestas a los interrogantes que yo mismo iba creando.
- ¿El personaje de Susana está basado en alguna persona real, o es completamente ficticio?
El personaje es completamente ficticio. Siempre tuve claro que quería un personaje femenino y cotidiano. Estoy ya cansado de leer novelas cuyos protagonistas son siempre hombres todopoderosos. Quería que la gente y la sociedad pudiera ver que una mujer cotidiana, con problemas cotidianos y con una vida de lo más normal, puede arrojar verdad y paz sobre circunstancias tan dramáticas como es un asesinato.
Susana, o Susi, es una persona que es el antihéroe. Es borde, en ocasiones desagradable y que hace las cosas por impulsos y sin pensarlas mucho. Pero también es una persona con mucha sed de verdad y con una brújula moral muy ajustada en la dirección de la justicia.
Sinceramente, pienso que un personaje como ella era necesario ser creado para contar historias que podrían ser perfectamente reales.
- En El mal, la enfermedad del corazón de Susana parece simbólica. ¿Cómo relacionas la enfermedad de la protagonista con los temas de maldad y sufrimiento que aborda la historia?
Ella, en cierto momento, aborda el tema y dice que su enfermedad cree que es fruto de toda la maldad que ha vivido a lo largo de los años. Yo, sinceramente, pienso que lleva razón. Nadie puede salir airoso de estar entre tanta maldad como la protagonista y que no te afecte.
El hecho que la enfermedad de la protagonista sea del corazón, no es tampoco casual. Susi puede ser muchas cosas y no siempre hace las cosas bien, pero ella actúa siempre desde el corazón (para bien o para mal) y era lógico que fuera lo que más se resintiera en ella tras estar inmersa en los mundos en los que ella se tiene que sumergir en la novela.
- La estructura del libro permite al lector ver el mal desde diferentes ángulos.
¿Qué buscabas transmitir con esta diversidad de perspectivas?
Quería una trama muy dinámica. En muy pocas ocasiones, los crímenes son tan sofisticados como suelen aparecer en las series o en las novelas. Llamar así la obra como la he llamado, era una declaración de intenciones. El mal no sólo es un asesinato o un robo, el mal tiene muchas caras. Es justo eso lo que quería representar en el libro.
Además, me gusta pensar que la forma en la que está escrita permite al lector leer seis novelas completamente diferentes, con ambientaciones diferentes y con personajes a los que amar o a los que odiar, que en este libro hay de todo. Son realidades muy diferentes, con ambientes muy diferentes y con dilemas morales muy complejos que llevarán al lector a sumergirse en la vida de esta protagonista.
- ¿Cómo te afectó emocionalmente escribir sobre crímenes tan oscuros y las consecuencias de estos en las vidas de las víctimas?
Cuando los escribía, no me afectó demasiado. Sabía que todo era ficticio y que las personas que hay en los casos no existen ni padecen. Me disocié completamente y, en pleno proceso creador, no reflexionaba demasiado sobre lo que estaba escribiendo.
No obstante, cuando lo leí la novela de nuevo pasado un tiempo, es verdad que esos casos llegaron a impactarme, especialmente el de Carmen. Es el que considero el más cruel de todos los que están en el libro. Reflejo una realidad un tanto cruda y llegó a impactarme lo que yo mismo había creado. Luego, es cierto que las notas de humor de la protagonista y sus formas, suavizan mucho los relatos y casi todos tienen un final acorde al relato y a lo que se espera de una persona como la protagonista.
- El libro trata sobre la incapacidad de identificar el mal hasta que es
demasiado tarde. ¿Por qué decidiste explorar este concepto en la trama?
Porque es la vida misma. Es un constante el escuchar la frase “nunca hubiera pensado que era así”. Uno no nace con un cartel en la cara de “soy un asesino” o “soy un criminal”. Las personas toman derivas en sus vidas que le llevan a adoptar el camino del mal. Hace falta echar la vista atrás para ver el camino que has recorrido y que te lleva a ser como eres.
Es esa faceta de su personalidad la que suelen ocultar a todo el mundo. Si nosotros supiéramos que la persona con la que dormimos es un asesino o asesina, ¿seguiríamos con ellos? La respuesta es obvia tanto para las personas que seguimos la justicia como para las personas que tratan evitarla. Las personas que estamos alrededor de este tipo de sociópatas o psicópatas siempre somos los últimos en enterarnos hasta que es demasiado tarde. Eso, queda plasmado a la perfección en el libro. Los seres queridos no siempre somos capaces de ver esa faceta de la persona en cuestión.
- La historia de Jaime y Patricia es especialmente ¿Qué buscabas expresar al incluir esta narrativa tan trágica en el libro?
Siendo sincero, la historia, en un primer momento, no la tenía pensada así, pero es una historia especialmente cruel. Lo que le pasó a esa chica es tremendamente injusto y es muy complicado no empatizar con ella. Es una de las historias más injustas porque no me imagino algo peor y más humillante que lo que le pasa a esa chica en el relato. Es el claro ejemplo que no siempre a las personas buenas les pasan cosas buenas y que el karma no siempre existe. Cuando el lector lo lea, entenderá a la perfección el título de la novela y el porqué he empezado por ese relato y no por cualquier otro. Sin hacer spoiler, esa chica perdió literalmente todo por alguien a quién amaba.
- ¿Cómo equilibraste los elementos de investigación criminal con la parte más humana y emocional de los personajes?
Siempre he querido plasmar la cadena de sucesos que lleva a una persona a acabar como acaba en mi libro. Para bien y para mal. Susana no es la típica policía metódica que se basa únicamente en las pruebas, pero sí muy incisiva y con muy buen olfato. Siempre me he centrado más en el aspecto personal de los personajes porque son claves para entender lo que ha sucedido.
En los casos, ella siempre se centra en el hablar con las personas y el rastrear todo lo que les envolvía para sacar toda la verdad. Además, los casos que he plasmado son casos antiguos y que, en muchas ocasiones, carecían de pruebas, por lo que los personajes y testigos son elementos clave de la trama de la novela. Quería una novela más humana y menos técnica.
- ¿Qué te motivó a presentar la confesión del asesino de una manera tan íntima? ¿Crees que esto cambia la percepción del lector sobre el mal?
Estoy totalmente seguro de ello. Los malos son personas completamente normales y son personajes con los que empatizamos y que tienen una vida de lo más normal. Es esa cotidianeidad la que más impacta al lector al saber quién es el malo de la película.
No siempre el malo es una persona atormentada y con un pasado muy sombrío al que se le ve venir. A veces, una persona en un impulso, hace algo de lo que se arrepentirá el resto de su vida. Es el lector el que deberá decidir si justifica o no tales hechos y si él o ella hubiera actuado así o de otra manera de encontrarse en su misma situación.
- En El mal, el lector se enfrenta a la impotencia de la justicia en ciertos ¿Es esta una crítica al sistema judicial o simplemente una reflexión sobre la naturaleza de ciertos crímenes?
Soy fiel creedor que la justicia siempre llega. Puede ser más tarde o más pronto, pero siempre llega. La justicia es lenta, es un hecho, pero quiero creer que vivimos en un sistema legal justo con todo el mundo.
Pretendo que nos centremos en la naturaleza de ciertos crímenes. Estamos cansados de ver en las noticias de cómo casos súper claros y cuyo malo/a se sabe a ciencia cierta, pero, por falta de pruebas, tales hechos nunca se juzgan y salen airosos. Susana, en muchos momentos, se encuentra contra un muro porque sabe quién es el asesino/a, pero no tiene pruebas para demostrarlo. Es por ello por lo que esa realidad tenía que aparecer en la novela. No siempre la verdad es el camino más corto a la justicia.
- ¿Qué esperas que los lectores se lleven de la lectura de El mal? ¿Una reflexión sobre la justicia, el mal, o algo más profundo?
Quiero que se lleven una reflexión aún más compleja puesto que es una reflexión de nosotros mismos. Quiero que se pregunten si ellos/as serían capaces de tomar el camino del mal. Los “malos” de la novela, son gente completamente normal que hace cosas horribles arrastrados por su destino. ¿Seríamos capaces nosotros de hacer algo así? Es esa reflexión la que, en mi opinión, nos aleja del mal para centrarnos en el camino del bien.
- ¿Qué tipo de lector crees que se sentirá más conectado con la obra? ¿A quién le recomendarías especialmente El mal?
Pues, sinceramente y por su personalidad, creo que el lector que se verá más conectado con este libro es el lector que tiene una vida normal y corriente como la mía. Me imagino a un lector que acaba su jornada laboral y quiere relajarse con algo placentero y ahí está Susi para hacerle pasar un buen rato. Esta novela no es una obra maestra ni tiene un estilo muy sofisticado. Tiene un lenguaje cotidiano y a la protagonista o la odias, o la amas. El lector que busque una novela con tramas muy complejas y con criminales muy enrevesados, esta no es su novela.
- ¿Tienes pensado continuar explorando temas tan oscuros en futuras obras o piensas tomar una dirección diferente en tus próximos proyectos?
Siendo justos, me encanta el tema de la maldad humana. Me encanta el explorar la psique que lleva a una persona a adentrarse en el camino del mal y dar rienda suelta a sus impulsos. El mal es la primera entrega de una saga de libros. Después de este, habrá más. Si la protagonista es la misma o no, eso ya se verá.