- Recepción y Críticas: ¿Cómo ha sido la recepción de «El Culpable» por parte de los críticos y los lectores hasta ahora?
Pues para mi sorpresa bastante buena. Terminé esta novela en verano y durante las vacaciones aprovechaba un par de horas todos los días para pulir el manuscrito, ya que tenía bastantes errores. El 30 de agosto lo envié a todas las editoriales que admitían manuscritos de escritores nóveles y la verdad es que casi todas me llamaron para interesarse por su publicación, así que supongo que no les habrá desagradado mucho.
Luego envié la obra terminada a personas cercanas a mí en las que tengo mucha confianza. Tengo que agradecer especialmente su labor a mi esposa, Pepa y a mis dos tías, Fuensanta y Victoria, que me hicieron muchísimas correcciones tanto gramaticales como erratas que se produjeron durante la trama argumental.
Tras esto se lo envié a las personas que iban a presentar la obra. En especial quiero agradecer la labor de Candela Alférez y Noé Expósito, que la van a presentar en Priego. Noé es de mis mejores amigos, y como buen profesor de filosofía, me ha enseñado mucho sobre algunos aspectos que quería que estuviesen presentes en el libro. Y Candela ha sido realmente encantadora, cuando se leyó el libro me comentó qué le había parecido y verdaderamente me animó muchísimo su reacción.
- Influencia Personal en la Escritura: ¿En qué medida tus experiencias personales influyeron en la trama o los personajes de «El Culpable»?
Siendo todos los hechos ficticios, he intentado que sea lo más realista posible.
Sobre el argumento, siempre he considerado que es interesante, y quizás ahora más que nunca, el papel que los medios de comunicación, la opinión pública y las presiones políticas pueden tener en el curso del desarrollo de un proceso. Parece que la Justicia es ciega, pero desde luego sorda no es, especialmente cuando hay tanta gente fuera de un proceso que parece saber más que los propios jueces. Eso me parece inadmisible en un Estado de Derecho. Cuando se pierden los valores como la independencia judicial, el derecho a la defensa o la presunción de inocencia volvemos a la turba y al garrote, al juicio en la plaza pública y a la Santa Inquisición.
La historia, en sí, tiene bastantes cosas de cierta. Cuando era opositor viví varios años en una residencia de estudiantes en Córdoba. Recuerdo que un día vino una compañera y me contó que otra había llegado en mitad de la noche llorando porque se había ido a estudiar con un compañero y este la había agredido sexualmente. Por desgracia son cosas que hoy día pasan y quizás pasen más que nunca. Yo, por desgracia, donde mas lo veo es en la Jurisdicción de Menores cuando he ejercido ahí (muy pocas veces, he de decirlo), pero el clima de desinhibición y agresividad que hay es algo que debería preocuparnos y mucho.
Por último, no quiero ser negativo, en mi novela creo que hay personajes muy admirables. El que más, Arturo Aguarón, y me he fijado en mi padre escribirlo. Mi padre es una persona que siempre es capaz de ver la nobleza y la decencia incluso en la peor de las personas, lo cual creo que debe ser también parte del trabajo de un abogado defensor.
- Desarrollo del Argumento: ¿Cómo evolucionó la trama de «El Culpable» desde la idea original hasta el producto final?
Bueno una de las cosas de las que más orgullo siento en la novela es la historia de amor entre David y Beatriz. Desde luego esa historia no la podía haber escrito sin las regañinas de mi esposa.
Recuerdo que ella iba revisando los capítulos a medida que los escribía y un día le dije que iba a matar a David. Es más, le dije: “no se si se va a suicidar o se lo van a cargar en la cárcel, pero estoy seguro de que va a morir”. Entonces vi que durante un par de días estaba enfadada conmigo y cuando le pregunté qué le pasaba me dijo: “no sé por qué necesitas matar a David, la historia entre ellos podría acabar de lo más feliz. Deja a la gente disfrutar, que la realidad ya es otra cosa”.
- Retos y Satisfacciones: ¿Qué aspectos de escribir «El Culpable» encontraste más desafiantes y cuáles más gratificantes?
Pues me siento muy satisfecho en varios aspectos, pero el principal es que creo que es una novela, y permítanme un pequeño acto de soberbia, “buena”. Y digo buena no solo en el sentido de que esté bien escrita o la trama sea intrigante, digo “buena” en el sentido de que he intentado que lo que admiro de mucha gente se plasme en el libro. Es un libro que, con más o menos acierto, trata temas que creo de vital importancia: el sufrimiento, la soledad, el amor, la justicia, el perdón, la dignidad humana…
- Relación con el Personaje Principal: ¿Cómo describirías tu relación con Sebastián, el personaje principal de la novela?
Me hace cierta gracia lo de que se defina a Sebastián como personaje principal porque me he dado cuenta de que cada lector me ha hablado de “un personaje principal” y por ahora no ha habido dos que hablen del mismo. Hay quien me ha hablado de Beatriz, de David y de Arturo Aguarón.
Con Sebastián tengo una relación… “polivalente”. Creo que es una persona rota, en el peor de los sentidos. En cierta medida él se justifica en su propio sufrimiento, como si eso fuera una licencia para hacer el mal.
También creo que es una persona que ha “caído”, es decir, no era malo al principio. Hay una escena al principio en el que Sebastián dice: “el amor es la admiración a la belleza”. Sin embargo, al final del libro está tan corrompido que no es capaz de ver la belleza ni en aquello que más amaba, únicamente se ve a sí mismo y su propio sufrimiento.
- Elección del Género: ¿Por qué elegiste este género específico para «El Culpable»?
El crimen da muchísimo juego. La realidad es que siempre me han fascinado este género de obras como MacBeth de Shakespeare; Crimen y Castigo de Dostoievsky o El extranjero de Albert Camus. Y bueno, una pizca de deformación profesional…
- Impacto de la Obra: ¿Qué impacto esperas que «El Culpable» tenga en sus lectores?
Yo a todo el mundo le estoy diciendo que lo principal que quiero con esta novela es que el lector la disfrute, y lo segundo hacerme millonario y comprarme un barco.
- Rutina de Escritura: ¿Tienes alguna rutina o hábito particular cuando escribes?
Al igual que en el trabajo, necesito aislarme. Soy una persona a la que le cuesta mucho concentrarme, al más mínimo ruido me distraigo. Además, hablo por los codos con lo cual tengo que estar solo.
Intento escribir todas las tardes un rato, al principio hago lo que llamo “escritura creativa” que es ponerme frente al teclado y escribir “como un loco”, podríamos decir. Aquí cometo muchas faltas, errores argumentales, pero da igual, la cuestión es escribir. Luego, cuando me canso, la otra mitad del tiempo hago relecturas y correcciones de lo que he escrito días anteriores tras haber pasado estos un periodo de “remojo” por así decirlo.
También a menudo estoy pensando en el argumento. Por las mañanas me doy un paseo y suelo pensar siempre todo el rato como hacerlo más rico.
Por último, también he de decir que rezo antes de escribir y después, lo cual me ayuda muchísimo.
- Escritura y Emoción: ¿Hubo alguna parte del libro que te resultara emocionalmente difícil de escribir?
Por supuesto, todo lo relativo a la agresión sexual y a las secuelas psicológicas que deja en Beatriz. Me dejaba emocionalmente agotado y eso que realmente no hay nada explícito en el libro.
- Consejos de Escritura: ¿Qué consejos tienes para alguien que quiere escribir sobre temas complejos y profundos como los que abordas en «El Culpable»?
Que vaya a los clásicos, a los autores importantes: Dostoievsky, Camus, Sartre, Shakespeare, Patricia Highsmith… O también, como buen cinéfilo, que vea buenas películas: Billy Wilder, Woody Allen, Fritz Lang…
Yo recuerdo cuando leí Crimen y Castigo que pensé: “Esto es muy bueno. Aquí realmente hay alguien escribiendo desde las entrañas”.
Y no soy nadie para dar consejos, pero sí como lector, odio el sensacionalismo y el morbo. Hay que poner el corazón en las cosas realmente importantes.
- Perspectivas y Temas: ¿Cómo abordaste la representación de diferentes perspectivas y temas sensibles en tu novela?
Pues la verdad es que me documenté bastante. Por ejemplo, a mi jefe, Juan Cisneros, le pedí que me llevase a ver la cárcel para poder escribir sobre ella. Luego también, creo que tengo una virtud que en la escritura me ha servido mucho: sé escuchar. Mucha gente me ha contado sus problemas y uno lo mejor que puede hacer cuando alguien le cuenta cosas como la de la novela es callarse y escuchar, es como mayor bien se hace. También por supuesto, si alguien me ha contado algo íntimo, no lo plasmo en la novela por lealtad y discreción.
- Fuentes de Inspiración: Además de las literarias, ¿hubo otras fuentes de inspiración (como películas, arte, música) para «El Culpable»?
Billy Wilder y Woody Allen tienen ambos una temática sobre estos temas riquísima. Siendo ambos genios del humor abordaron temas criminales en “Testigo de cargo” o “Perdición” por parte del primero y Woody Allen en “Crímenes y faltas” o “Matchpoint”.
- Feedback del Público: ¿Cómo ha influido el feedback de tus lectores en tu enfoque de la escritura?
En eso la verdad es que poco. Solo el de mi esposa en lo que se refiere la trama y en el de mis tías en que sea más limpio en la escritura.
- Escenas Favoritas: ¿Cuál es tu escena favorita de «El Culpable» y por qué?
Voy a destacar dos: la confesión de Arturo Aguarón y el final. Sobre el final prefiero no contar nada.
La confesión de Arturo Aguarón me gustó mucho porque creo que es darle una perspectiva transcendental a la Justicia, no es solo un servicio como quien va a limpiar el coche o pide un menú del día en un bar. No, creo que la Justicia está ligada con nuestros mas importantes ideales y, como le dice el sacerdote a Arturo, merece la pena el sacrificio.
- Planes a Futuro: ¿Puedes compartir algo sobre tus proyectos futuros, ya sea relacionados con «El Culpable» o nuevos trabajos?
Ahora estoy escribiendo una sobre un crimen perfecto. Esta vez un asesinato. La verdad es que he escrito ya las primeras 80 páginas; se lo he pasado a amigos míos de la Policía y les he dicho: el primero que sepa decirme quien asesinó a doña Pilar, cómo y por qué, se lleva una cena gratis, están todas las pistas en esas páginas. Por ahora me siento orgulloso de que nadie ha sabido como me la cargué.