Cinco lecturas imprescindibles de la literatura inglesa
Una de las metas que debe proponerse de todo buen lector en algún momento de su vida pasa por adentrarse en el mundo literario desde sus orígenes, leyendo grandes obras que marcaron la historia universal de la literatura y la cultura del país en la que se circunscriben cada una de estas composiciones literarias. Sin embargo, no es una tarea fácil sumergirse en los clásicos debido a la gran cantidad de novedades y obras que se publican a diario tanto en nuestro país como en los otros grandes divulgadores y creadores de obras de arte.
Hoy propongo a todos los lectores que, si no han tenido la oportunidad, se acerquen a conocer la literatura inglesa a través de cinco obras de distinta temática y género que resultan imprescindibles a mi parecer; sin dejar de mencionar que hay literatura inglesa actual de gran calidad que sigue inspirando a miles de autores de habla hispana.
Permítanme que en la selección que les propongo añada a tres grandes novelistas, dos mujeres entre ellos, y dos excelentes dramaturgos que serán de agrado para cualquier buen lector que se precie.
Grandes novelistas
Sin lugar a duda, uno de los grandes novelistas anglosajones fue William Shakespeare, quien fallecería el mismo año que nuestro querido Miguel de Cervantes, en 1616. Con la lectura de Hamlet podemos asistir a varios momentos complejos de la vida de cualquier ser humano, pues todos sufriremos la ausencia de nuestros padres. Una de las particularidades de la novela es que incluye una obra de teatro en ella, esto se conoce como metaliteratura, momento en el que un autor incluye una obra literaria dentro de otra. Hamlet actuaría en contra de la vida del rey, Claudio, quien habría ocupado el trono de su padre siendo rey de Dinamarca. Además de haber asesinado a su padre se casó con su madre, Gertrudis y Hamlet preparaba una coartada en su contra mediante una representación teatral con una trama similar a lo sucedido en la familia de la corona danesa. Hamlet destrozaría la familia de Polonio y Laertes, hermano de la suicida Ofelia, decidiría vengarse por ello.
Por otro lado, no podemos olvidar a Jane Austen, quien con Orgullo y prejuicio llenó de romanticismo las comedias inglesas. La familia Bennet es una de las principales familias de la Inglaterra de inicios del siglo XIX; la familia de Elizabet, la joven protagonista en desacuerdo con las convenciones sociales de su sociedad. La llegada del señor Darcy trastocará los planes de la joven y se enamorará de ella; esta será una relación dominada por prejuicios que resulta muy atractiva y servirá a todo lector para evadirse de sus más profundos pensamientos, pues no podrá olvidar algunas de las conclusiones de la protagonista.
Uno de los más célebres ensayos de la literatura inglesa es Una habitación propia de Virginia Woolf donde la escritora imperaba que una mujer debía tener dinero y una habitación propia para poder ejercer el oficio de la escritura. El texto se convertiría en un clásico que todos deberíamos leer alguna vez en nuestra vida. La narradora se refiere a la hermana de uno de los grandes escritores que hemos mencionado, Judith, una joven de la que no se tiene conocimiento ninguno aunque fue criada en la misma familia que William y en la misma sociedad. Debemos recordar que las mujeres no tenían acceso a la escuela y aunque para muchas de ellas la literatura fuese una vía de escape y de libertad, no pudieron dedicarse a la escritura. Hay varias conclusiones de la autora que deberíamos tener en cuenta siempre, les animo a leerlas.
Impresionantes dramaturgos
Fue Oscar Wilde uno de los más importantes escritores y dramaturgos, sorprendería en 1895 con la publicación de La importancia de llamarse Ernesto, una comedia en la que el juego de palabras es insuperable, pues todas las palabras homófonas son empleadas para crear una confusión total en las protagonistas femeninas siendo engañadas por dos hombres que se unen en una misma personalidad ficticia para conseguir cada uno de sus propósitos. Es una comedia risible que capta la atención de los lectores, pero resulta excelente para los espectadores de todas las salas de teatro que han tenido el honor y la posibilidad de incluir a Wilde en su programación.
También la comedia de Samuel Beckett, titulada Esperando a Godot, debería ser una lectura obligatoria para todo aquel que aprecie mínimamente el teatro y el arte de la escritura dramática. En esta obra no ocurre nada más que una espera interminable de dos trotamundos que esperan a Godot, son los diálogos absurdos lo que provocan la risa de los lectores y, de manera más directa, de los espectadores que han tenido la gran suerte de verla representada bajo alguna de las interpretaciones de los directores teatrales.
Àgata Olivares.