Paso a paso: ¿cómo escribir un libro desde cero?

Paso a paso: ¿cómo escribir un libro desde cero?

Escribir un libro no es una tarea fácil. Se necesita determinación para comenzar, dar continuidad y por último, finalizar, una obra literaria. Aunque hay una serie de orientaciones que pueden ayudarte con tu trabajo, no hay una fórmula infalible para escribir una obra de éxito y calidad.

 

Escribir un libro puede parecer una tarea imposible hasta que no se escribe la primera página.

 

Para ayudarte en esta maravillosa y desafiante tarea de escribir un libro, reunimos aquí una serie de consejos que pueden ser de gran utilidad:

 

1- Define el género literario de tu obra.

Sí, esta premisa puede parecer muy obvia, sin embargo, suele ocurrir que a muchos autores les cuesta, al comienzo, decantarse por un género literario en concreto, queriendo abarcar varios y, por tanto, haciendo mucho más compleja la tarea de escritura.

Definir un género literario concreto para tu obra te ayudará a dotarla de un marco. Te será muy útil entender los elementos principales del género que has elegido para poder aprovechar así las herramientas del mismo.

Leer libros, textos y borradores de diferentes géneros es una tarea que enriquecerá mucho tu repertorio técnico y lingüístico, sin embargo, no desesperes, no es necesario que conozcas todos los entresijos. Por el contrario, suele ser más útil que elijas aquellos géneros literarios con los que te sientas más cercano, aquellos que siempre te han llamado y que te ha gustado leer. Profundiza en ellos y comienza a invertir en mejorar tus habilidades como escritor.

Encontrar tu estilo favorito suele ser una de las primeras recomendaciones para quien quiere aprender cómo escribir un libro. Sin embargo, no es necesario tener en cuenta este punto si ya sabes exactamente sobre qué escribir. En ese caso, preocúpate por las ideas para luego saber cómo clasificarlas.

 

2 – No te desesperes al principio

El proceso de comenzar a escribir un libro puede ser más laborioso incluso que publicar la obra una vez terminada, pero no tenemos por qué desanimarnos.

Normalmente la mayor dificultad se debe a la ansiedad que genera en los escritores nóveles la hoja en blanco. Por lo general, los escritores nóveles comienzan su trabajo centrándose en exceso en el objetivo final -en este caso, la obra terminada y publicada- en lugar de enfocar su atención en ir paso a paso, disfrutando del propio proceso de escritura.

Quizá, para evitar esta ansiedad que produce enfrentarse a un proyecto tan grande, el mejor consejo sea definir lo mejor posible el tema de la obra. Los buenos libros siempre trabajan un tema de forma concreta, con el objetivo de hacerlos relevantes para el lector.

Un ejercicio que puede ayudarte con esto es escribir un resumen de tu historia en una sola frase. A continuación, convierte este tema en un párrafo, y luego en un esbozo de una página. Aprovecha para pensar en la construcción de tu libro dividiendo su estructura en “introducción, trama y desenlace”. Por supuesto hay otras múltiples posibilidades para estructurar tu obra, sin embargo, son más complejas y, si tu problema es comenzar, trabajar esta estructura simple puede ser de gran utilidad.

El síndrome de la hoja en blanco, las dudas, la confusión, la autoexigencia, son todo experiencias y emociones muy comunes a la hora de empezar a escribir, de modo que nuestro consejo es que lo tomes con calma, aceptando todo esto como parte del proceso y tratando de sacarle partido para tu historia.

 

3 – Trabaja con tu inspiración (pero no estés a merced de ella)

Tanto en la literatura como en la filosofía podemos encontrar múltiples definiciones sobre lo que es “inspiración”. Quizá la acepción más común comprende esa chispa de genialidad y fuerza motriz de la creación artística. El momento sublime en el que la idea y el trabajo encajan a la perfección.

Siendo así, la inspiración es algo que resulta muy importante para cualquier artista. Sin embargo, ella también es rara. Podemos afirmar que la gran parte del trabajo de escritura no es tanto un trabajo de inspiración y si más de algo parecido a la artesanía. Es decir, un trabajo meticuloso de esfuerzo constante en el que, a golpe de bolígrafo, vamos cincelando nuestra obra.

Claro que es genial trabajar con la inspiración, pero si lo que pretendes es escribir un libro, has de aprender a manejarte sin ella. De lo contrario, irán pasando los días sin que aparezca.

La mejor actitud es la de situarte frente al ordenador, o frente a tu cuaderno, y simplemente escribir. No te preocupes si al principio el trabajo no es perfecto. Escribir un libro requiere de muchos borradores y correcciones que irán puliendo el material inicial.

Como bien dijo Pablo Picasso “cuando la inspiración llegue, que me pille trabajando”.

 

4 – Elige un tema, pero sé flexible

Escribir no es difícil -prueba de ello es que miles de estudiantes, guionistas, periodistas y redactores pueden realizar esta tarea con maestría-. Sin embargo, ser capaz de transmitir una idea de manera correcta, puede resultar un verdadero desafío.

Es por ello que toda historia tiene un tema. Una premisa sobre la cual se construye. Harry Potter, de J.K. Rowling, trata de un mundo mágico: magos escondidos en un mundo muggle y un niño predestinado a combatir las fuerzas oscuras del mal. Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez, narra la larga historia generacional de la familia Buendía, rodeados de un universo de realismo mágico, en Macondo.

El tema es el núcleo fundamental de la historia, que puede guiar decisiones durante el proceso de escritura. Aun así, es importante saber que, a lo largo de este proceso, es habitual que el tema sufra algunas alteraciones.

Como ya hemos mencionado en anteriores puntos, la clave consiste en usar estos conceptos como guía, pero a la vez ser flexible, de modo que sean herramientas y no obstáculos en nuestro camino de escritura.

 

5 – Planifícate

Depender únicamente de tus deseos y de tu fuerza de voluntad para comenzar a escribir tu libro puede tornarse una tarea muy desafiante. Probablemente te encuentres habitualmente procrastinando y el trabajo se torne caótico y caprichoso.

Es por ello que, para comenzar a trabajar en el proyecto de escritura de un libro, se torna fundamental el establecer una planificación adecuada.

Para ello, aconsejamos primero tener claro el esqueleto y la base de la trama del libro, con los principales eventos y los giros en la historia. Es una forma de ver el libro en su conjunto, con su comienzo, trama y desenlace, la evolución de los personajes y las sorpresas reservadas al lector.

Existen numerosas herramientas de gran ayuda para esta tarea de planificación y estructuración de tu obra. Cuanto más visuales mejor. Puedes servirte de esquemas, post it, dibujo de líneas del tiempo e, incluso, hoy en día existen interesantes apps para escritores que resultan muy útiles para esta tarea. Con una sencilla búsqueda en internet podrás encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades y gustos.

 

6 – Dedica tiempo a la construcción de los personajes

Si tu libro es un libro de ficción, tendrás que dedicar tiempo a la creación de tus personajes.

Un buen personaje es un gusto para el lector. A todo amante de la literatura le gusta disfrutar de la personalidad y psicología de los personajes de la historia en la que se embarca. Poder descifrar, entender, empatizar y / o descubrir cómo son los personajes es fascinante. Este es, sin duda, un punto clave a la hora de escribir un libro de ficción.

Nuestro consejo es comenzar a desarrollar las características psicológicas antes que las físicas y a contextualizar la personalidad de tu creación con la narrativa, ya que eso será lo que marque la diferencia en la construcción de la historia.

Otra sugerencia es evitar la elaboración de demasiados personajes, ya que los lectores podrán tener dificultades para distinguirlos y asimilar las características de cada uno. Por lo tanto, cada vez que aparezca un nuevo personaje, muestra lo único que es y fortalece su imagen en la mente del lector.

 

7 – ¡Manos a la obra!

Una vez ya tengas una definición más consistente de tu obra y tus personajes, es hora de ir al grano: la escritura de la historia.

Puedes utilizar tus borradores para comenzar a crear la trama, aunque sea tan sólo un boceto. No es necesario aferrarse a la elección exacta de cada palabra, este es solo el primer borrador, en el que descubres la historia por ti mismo. Después ya habrá tiempo para mejorar el vocabulario y cuestiones estilísticas.

Es probable que encuentres personajes y acontecimientos tomando direcciones que ni siquiera habías imaginado. En este momento, puedes descartar ideas previas y planificaciones para dar lugar a aquello que va brotando por sí mismo, dejando que, si es el caso, fluya la historia libremente. Recuerda una vez más, es tan sólo el primer borrador, ya habrá tiempo para retomar los esquemas y planificaciones previos, pero probablemente con muchas más ideas y riqueza de la que considerabas al comienzo.

Y por supuesto, no te olvides de disfrutar. Este es uno de los momentos más divertidos de todo el proceso. Tómalo como un juego en el que disfrutas por el mero hecho del proceso en sí y no por el resultado obtenido -del cual ya habrá tiempo de ocuparse-. Tu creatividad te lo agradecerá.

 

8 – Conviértete en un buen observador

El primer consejo que deberíamos dar a alguien que pregunta cómo escribir un libro debería ser, ejercita y pule tu mirada. Los escritores son observadores natos. Después de todo, a diferencia del cine y la televisión, los libros no son un vehículo visual para contar historias. La escritura descriptiva es la única forma de crear imágenes en la cabeza del lector.

El trabajo del escritor consiste en extraer información de lo cotidiano y elaborar creaciones a partir de ellas. Y es ahí, en los pequeños detalles del día a día, donde se ocultan las mejores historias. Una mirada discreta, un gesto suave, una voz temblorosa, la soledad de un paseante.

El escritor ha de abrir su mirada y ampliarla, dejando que la realidad cotidiana del día a día, con cada uno de sus elementos, sirva de inspiración para la propia obra.

Y, por supuesto, es muy útil observar el mundo externo y todos sus acontecimientos, pero, si, además, mejoras la observación de tu mundo interno, tus pensamientos, experiencias y emociones, entonces es probable que tu historia gane mucha riqueza.

 

9- Establece una rutina

Los libros no son fáciles de escribir. La tarea requiere de disciplina y compromiso.

Tener una rutina de escritura es esencial para dicho proceso. Es muy importante establecer metas realistas y, en la medida de lo posible, cumplirlas.

A menos que seas un escritor profesional, es poco probable que escribas 30 páginas al día. Por poner un ejemplo, el gran maestro de la literatura de terror, Stephen King, contaba en cierta ocasión que escribe una media de 2.000 palabras diarias, el equivalente a unas 3 páginas.

Quizá te ayude establecer un mínimo de productividad -ya sea tiempo, páginas o palabras- que puede ser diario, semanal o mensual, y trata de llevarlo a cabo. Lo importante en este punto es dividir la misión de escribir un libro en tareas más pequeñas, con detalles definidos y fechas de entrega marcadas.

Dicho todo esto, si un día no cumples con tus objetivos, no te castigues, esto puede llegar a ser contraproducente, provocando que te desconectes del placer de la escritura y dejes de disfrutar tu trabajo.

 

10 – Lleva a cabo una buena revisión

Es posible que uno de los mayores problemas de los escritores nóveles sea el no entender que dentro de cualquier proceso de producción de texto, por muy bien que escribas, es altamente probable que aparezcan pequeños errores ortográficos, semánticos y de mecanografía.

Ernest Hemingway decía que todo primer borrador es malo. Revisar es pulir el diamante en bruto de los borradores hasta hacerlos brillar. Las primeras revisiones puedes hacerlas tú, sin embargo, es muy recomendable que una persona ajena a la historia y con conocimientos literarios te ayude en este punto y, por supuesto, contar con los servicios de un revisor profesional es siempre la mejor opción. En Editorial Autografía trabajamos con revisores de alta calidad destinados a ayudarte con esta tarea.

 

11 – Elige una editorial de confianza

Una vez ya tengas tu manuscrito listo, es hora de lanzarlo al público. Para ello has de contar con el acompañamiento de una editorial, que edite, imprima y distribuya tu obra para que llegue lo más lejos posible.

Es importante que una vez vayas a realizar esta tarea, presentes adecuadamente tu borrador a las editoriales. Siguiendo algunos consejos sencillos puedes hacerlo más atractivo para las mismas.

Existe una gran variedad de editoriales y modelos de publicación. Te recomendamos que hagas una buena investigación para descubrir cómo publicar un libro  una vez lo hayas terminado.

Desde Editorial Autografía tratamos de trabajar con cariño cada una de nuestras publicaciones, teniendo como una de nuestras principales premisas el establecer una colaboración estrecha con el autor para que se sienta bien tratado y le resulte más sencillo todo este proceso de publicación. Miles de escritores ya han confiado en nosotros. Quizá tú seas el próximo. Si tienes interés, no dudes en conocer más acerca de cómo trabajamos.

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