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En este breve ensayo encontraremos una definición básica de todos los conceptos que representan las ideas liberales clásicas, y daremos un garbeo por la historia de España en materia social y política: Qué somos, de dónde venimos, y hacia dónde nos podríamos estar dirigiendo ahora mismo.
En este libro comenzaremos indagando en cómo se mantienen y se retroalimentan las sociedades actuales en Occidente (y, por equivalencia empírica, aquellas sociedades regidas por el ideario socialdemócrata).
Veremos cómo se mantiene el Estado del bienestar, cómo funciona el famoso “contrato social” que nadie ha leído pero que todos hemos firmado sin saberlo, y al que estamos sometidos todos los miembros de un estado socialdemócrata. Y también veremos los “puntos de fuga” que tiene el sistema de adoctrinamiento socialdemocracia y que, por tanto, la diferencian de una dictadura a la antigua usanza (por suerte para la gente como yo, los “disidentes” del Estado).
Aprovechando la tesitura actual de la sociedad, y viendo el descontento generalizado derivado de la gestión por parte del Estado español acerca de la crisis del COVID-19, también repasaremos cómo es posible que, pese a tener señales de alerta inequívocas del riesgo inminente de pandemia que suponía el coronavirus, no se hayan tomado las medidas adecuadas en los tiempos adecuados; y, a día de hoy, aún tengamos que actuar como cortafuegos del virus: prolongando confinamientos a población de muy bajo riesgo, sin paliar o tener en cuenta los focos de contagio y, por lo tanto, no acotando la cadena de contagio y su posible alcance; sin olvidar lo más importante: seguimos con la misma presión fiscal hacia una población que no puede trabajar y producir aquello que producían antes de la pandemia vírica.
Y tras revisar todo lo que hemos sido, y todo lo que somos (o nos hacen ser desde el gobierno), veremos finalmente aquello en lo que, personalmente, creo que nos convertiremos. También se harán diferentes apreciaciones de conceptos liberales que conviene aclarar y durante toda la lectura espero atraer a ese público que, como yo, pertenece a una generación a la que no le han explicado nada del liberalismo (ni de políticas útiles, en general), y que ha tenido que buscarse la información por sí mismo para formarse desde otros emisores que no estén financiados por el propio Estado.
Para mí, ha sido una grata sorpresa descubrir que se puede hacer mejor. Y frente a la sensación de desidia generalizada en nuestra generación, se puede tener una esperanzadora visión de la sociedad futura. Sí, esa sociedad en la que nos tocará vivir como adultos.
Espero que a vosotros os resulte igual de interesante que a mí descubrir que aún distamos bastante de tener una sociedad justa, pero que afortunadamente cada vez somos más los que creemos en su aplicación práctica.
El resumen final se podría hacer en la siguiente afirmación:
“No estamos mal porque, pese al Estado, el mercado sigue funcionando. Ahora solo falta que dejemos que el mercado funcione sin el Estado porculeando alrededor”.