Description
El ser humano es por naturaleza un ser social, objeto de estudio de la antropología social.
La supervivencia de este ser humano depende de su interacción con el medio ambiente, con el orden social y con el orden cultural que lo rodea. Pero en la pandemia del COVID-19, todo el entramado social se ha visto alterado.
A lo largo de toda la historia evolutiva del ser humano, este ha conseguido sobrevivir y desarrollarse
gracias a la interacción social. A raíz de la crisis sanitaria, social y económica de la COVID-19, hemos escuchado una serie de consignas en los discursos políticos del tipo de: el virus nos iguala a todos, este virus lo venceremos unidos, resistiremos unidos…, todos enmarcados en un discurso bélico.
Desde la psicología positiva se reconoce que el ser humano tiene una remarcable capacidad de adaptarse, de encontrar sentido y de crecimiento personal ante las experiencias traumáticas más terribles, capacidad que ha sido ignorada e inexplicada por la psicología durante muchos años. La resiliencia se activa ante el sufrimiento, el trauma o ante una pandemia, como la del COVID 19, encontrando un sentido al sufrimiento y estando acompañado de un entorno familiar cálido, una red de amigos/as o figuras significativas en quien confiar.
Por otro lado, el impacto psicológico de la COVID19 por género y edad ha sido diferente. Esta pandemia está pasando una factura desigual en la esfera psicológica, siendo las mujeres las que han padecido un mayor impacto psicológico, y por edad la infancia, adolescencia y vejez.