Como es fácil adivinar, uno de los elementos más importantes a la hora de construir una buena historia, es crear un buen personaje. A través de sus sentidos, pasiones, pensamientos y experiencias vivenciamos la narrativa, permitiéndonos una inmersión en ella.
¿Tienes curiosidad en conocer los elementos fundamentales para construir un buen personaje? ¡Entonces, acompáñanos!
- Conoce a tu personaje
- Dótale de una personalidad marcada
- Elige un nombre ideal
- Añade alguna característica poco usual
- Describe los aspectos físicos de tu personaje
- Define un propósito
- Se creativo
Conoce a tu personaje
Es fundamental que antes de escribir, conozcas a la perfección a los personajes de tu historia, principalmente a los protagonistas.
No es necesario que incluyas todos los detalles en la obra y sí, aquellos que son estrictamente necesarios para que el lector tenga la información adecuada para acercarse a tu personaje. Sin embargo, tú como escritor, has de tener muy claro quién es tu personaje, de dónde viene, si nació en un pueblo o en una ciudad, si tiene estudios, si sus padres lo amaron o no, cómo han sido sus relaciones, etcétera.
Nuestra recomendación es que juegues a meterte en su piel y en un cuaderno aparte, vayas incluyendo todos los elementos relevantes de su vida.
El punto ideal al que debes llegar es al de conocer al personaje como si fuese un amigo íntimo tuyo o un familiar, de modo que, si alguien te pregunta algún detalle sobre él (por ejemplo, qué estudios tiene) puedas contestar al momento, aun siendo este un detalle que no vayas a incluir en tu obra.
Si haces este ejercicio a la hora de construir tus personajes -fundamentalmente los protagonistas- descubrirás que, de una manera muy natural, se aclararán aspectos importantes sobre su personalidad, forma de expresarse y de actuar.
Dótale de una personalidad marcada
Un error bastante común de muchos escritores es el miedo a crear personajes con personalidad y opiniones fuertes. Esto se debe a que, por lo general, asociamos estas características al mal genio e incluso a la arrogancia, sin embargo, personajes con rasgos de personalidad fuerte y una psicología bien trabajada resultan muy atractivos para el lector, pues nos hablan de pasiones, pensamientos, conflictos y emociones que de una forma u otra conocemos.
Somos seres mucho más complejos de lo que solemos expresar en las conversaciones y encuentros del día a día. Nuestro interior alberga laberintos y profundidades de gran riqueza. Poder reconocer estos aspectos en los rasgos del personaje de una historia nos genera una conexión e interés inmediatos.
Elige un nombre ideal
Para crear un buen personaje, aunque puede que no lo parezca, la elección de un buen nombre es un factor importante para la narrativa del libro e incluso puede ser un factor de peso para el éxito o fracaso de este. Los nombres despiertan ciertos sentimientos en los lectores incluso antes de que el personaje muestre todas sus características.
Esto se debe a que cada nombre trae consigo un peso diferente y puede revelar información sobre su pasado, su religión, etnia, cultura y otros elementos. De igual forma, has de tener en cuenta para tal elección, el género de libro que estás escribiendo.
Por ejemplo, un libro de fantasía o de ciencia ficción puede incluir personajes con nombres más exóticos y una novela costumbrista, nombres castizos y de la época.
¿Te imaginas que Frodo se hubiese llamado Mario? ¿o que, en lugar de 5 Horas con Mario, tuviésemos 5 horas con Frodo? Resulta tan poco conveniente que habla por si mismo.
Nombres de obras clásicas como Demian (de Herman Hesse) o Lolita (de Vladimir Nabokov) marcan personalidades muy definidas que son además el título de la propia obra, en una muestra perfecta de como el nombre del personaje puede ser un factor de gran importancia.
Añade alguna característica poco usual
¿Qué tiene tu personaje que lo diferencia de los demás? Puede ser un poder, una cicatriz, una manera peculiar de hablar o caminar, un objeto mágico, un secreto o cualquier otra característica.
Como hemos dicho antes, rasgos marcados ayudan a definir al personaje y hacerlo más rico, pero si, además, ese rasgo resulta cautivante y de algún modo especial, el lector quedará prendido por él.
Ahora bien, el rasgo especial que incluyamos no ha de ser arbitrario y sí un rasgo que de algún modo esté conectado con el conflicto de la historia.
Seguro que puedes hacer memoria de tus personajes de novela o cine preferidos y observar cuál es el rasgo poco usual que los define.
Describe los aspectos físicos de tu personaje
Además de la personalidad y psicología del personaje, definir el aspecto físico también da información al lector sobre quién es y además permite dibujar una imagen de este. Los gestos y apariencia física muchas veces dicen mucho sobre nosotros y nuestra historia vital y, como no podría ser de otra forma, lo mismo ocurre con nuestro personaje.
Por ejemplo, si nuestro personaje tiene la mandíbula marcada y una barbilla prominente, es probable que estemos ante un personaje de fuerte personalidad y determinación. Si en cambio, el personaje tiene las manos curtidas, la piel cuarteada por el sol y unos brazos fuertes, probablemente sea un personaje que ha trabajado y vivido en el exterior y que cuenta con experiencia vital.
Ejemplos como estos hay miles. Como ya mencionamos en nuestro artículo “Paso a paso, cómo escribir un libro desde cero” convertirse en un buen observador es una de las mejores técnicas para escribir. Te aconsejamos que juegues a esto. Observa mientras caminas por la calle y en tu día a día como son los ojos del bibliotecario, los brazos del albañil que trabaja en la calle, la voz de la mujer que vende fruta. Juega a observar y extrae tus propias conclusiones. Después podrás plasmarlo en el papel y añadir las características que has visto en las pinceladas que definen el físico para crear un buen personaje.
Define un propósito
¿Qué mueve a tu personaje? El objetivo de la vida debe ser simple y directo. En las historias de terror la misión es sobrevivir hasta el final. En una comedia romántica es conseguir el amor verdadero. Descubre lo que tu personaje persigue, qué es lo que le mueve y, sobre todo, ante qué conflicto se sitúa. Esto no sólo definirá mejor quién es tu personaje, si no que, además, desembocará naturalmente en el desarrollo de su historia.
Se creativo
No todo personaje ha de ser una persona, o al menos, no una persona al uso.
En el “Señor de los Anillos” la Montaña Caradhras o los Hombres Árbol son personajes perfectamente válidos. Deja que tu imaginación vuele y construye el personaje que necesita tu historia. Juguetes, objetos, personajes mitológicos, todos ellos pueblan las historias que conocemos y los grandes clásicos. Diviértete a la hora de crear tu personaje y da rienda suelta a tu creatividad. Estamos seguros de que además de crear un buen personaje, disfrutarás mucho del proceso.
Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles para este proceso tan enriquecedor. Construir un personaje es un viaje a las profundidades del alma. Seguir estos consejos puede guiarte en el proceso, pero, sobre todo, no olvides que dentro de ti ya existe mucha información. Cuanto mejor te conozcas a ti mismo, mejor podrás conocer pasiones, miedos, deseos y motivaciones de tus personajes y, de esa forma, hacer que el lector quede cautivado por tu historia y tu protagonista.
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