Ángela Landete: “El anhelo de mucha gente es ser feliz y en esa búsqueda a veces no te das cuenta de que ya lo eres”.

Ángela Landete: “El anhelo de mucha gente es ser feliz y en esa búsqueda a veces no te das cuenta de que ya lo eres”.

Ángela Landete Arnal, acérrima lectora y licenciada en Filología Inglesa, nació en Barcelona, aunque actualmente reside en el acogedor pueblo del Masnou con su marido y sus tres hijos. Su pseudónimo, Lovelace, hace referencia a Ada Byron, hija del célebre poeta romántico y condesa de Lovelace. Landete se declara fiel admiradora de escritoras consagradas como Jane Austen y Emily Brontë, así como de los verdes paisajes y el clima húmedo de las islas británicas.

Esto es, al menos, lo que averiguamos de Ángela si leemos la solapa de su primera obra, El Viaje de Haidi. Si indagamos un poco más, descubrimos a una mujer sensible y de aspecto frágil que guarda a buen recaudo un universo de cuentos donde todo es posible.

Cuando acaba la entrevista, Ángela me mira y sonríe: “¿Ya hemos dejado de grabar? ¡Me temblaban las manos!”. Cualquiera lo diría, porque aunque sus manos puedan traicionarla, su mirada desprende una fuerza incuestionable, y es que Ángela es, ante todo, muy humana. Igual que su protagonista, despierta ternura hasta en las almas más sombrías.

Una enfermedad inmunológica la somete a largos períodos de descanso, tiempo que ahora llena con una pasión que despeja sus días y los llena de luz: escribir. Así nace y empieza a dar sus primeros pasos Haidi, entre noches tormentosas y letras frenéticas.

El Viaje de Haidi ya ha encontrado su lugar entre las estanterías de muchas amantes de la literatura romántica.

Si quieres saber un poco más de Haidi y su autora, sigue leyendo…

 

Además de la obra de Austen y Brontë, ¿alguna lectura que te haya marcado?

Frankenstein, de Mary Shelley. 

¿Autora contemporánea preferida?

Marian Keyes, sin duda. Me gusta como trata los temas femeninos desde la comicidad. 

Tu estrecho contacto con Inglaterra se manifiesta en la ambientación de tu novela. ¿De dónde proviene este interés por la cultura británica?

Es una pasión ciega. Cuando tenía 11-12 años, corrían entonces los 80 y me encantaba el pop británico. Sentí la necesidad de entender las letras y empecé a aprender inglés. Me enamoré de la musicalidad del idioma y del acento británico. 

Y luego decidiste estudiar Filología Inglesa. 

Sí. Fue en mi etapa universitaria cuando hice mis primeros viajes a Inglaterra y quedé prendada de los paisajes verdes y de la lluvia incesante. Incluso el temperamento reservado de los ingleses me gusta, porque yo también soy así. A ver, soy afable pero soy tímida e introvertida y puedo entenderlos.

¿Ciudad inglesa preferida?

York, aunque antes que irme a la capital, me iría a algún pueblecito bucólico de la costa.

Y años después te decides a escribir El Viaje de Haidi. ¿Cuándo empieza la historia a coger forma?

Empecé la novela hace un año. Llevaba seis meses con la historia en la cabeza, pero no me veía capaz de escribir un libro de principio a fin. 

Pero finalmente lo escribiste. ¿Qué te lleva a dar el salto?

Lo que me impulsó en su día fue el ansia de compartir la historia y lo que yo he aprendido con mis vivencias. Creo que es un romance de cuento. ¡Parece imposible pero a veces suceden!

Podríamos decir que en cierta forma es una novela autobiográfica.

Sí. Yo tengo lupus sistémico y fibromialgia. Aunque la enfermedad de Haidi es mucho más grave, lo que sí es autobiográfico es la evolución que ella hace: pasa de la depresión y el victimismo a aceptar y agradecer lo que le ofrece la vida. Yo también pasé por una depresión muy fuerte y también sentí que mi realidad era la peor del mundo cuando no era así. ¡Hay que abrazar lo que se tiene, que no es poco!

Atribuyes tu cambio a la meditación y el chikung. ¿Cómo descubres ambas disciplinas?

Empecé con el chikung porque lo mencionaron dos amigas. La primera vez me quedé anonadada porque no lo había escuchado nunca y la segunda me lancé a probarlo. Entonces conocí también la meditación porque en las clases de chikung se dedican 15 minutos a meditar.

¿Qué beneficios te aportan ambas disciplinas?

La meditación es aprender a respirar. Aporta una paz mental y una calma necesaria porque llevamos una vida ajetreada. También te enseña a frenar la mente. En ocasiones nuestro cuerpo descansa pero nuestra mente sigue una actividad frenética. La meditación te ayuda a dejar la mente en blanco. Entras en un estado de tranquilidad. 

¿Y el chikung?

El chikung consiste en realizar unos ejercicios lentos. Reducen la velocidad del organismo y al terminar la sesión estás muy relajado. Además, aumenta la energía interior. Te sientes como si hubieras inspirado aire puro cien veces.

Hablando de paz mental, también se dice que la escritura es terapéutica.

Yo, como mi protagonista, me lamentaba de mi situación. Veía como mis amigas hacían trekking por la montaña o se iban en bicicleta y yo si salgo del pueblo ya me sofoco. Al hacer una actividad creativa, me llena el tiempo. Además, me produce mucha satisfacción plasmar sobre el papel lo que siento. También me ha aumentado la autoestima.

Estas similitudes se notan en la relación protagonista-autor, sobre todo en esos momentos en los que como narradora apelas a la fuerza de Haidi como vía de superación.  

Yo acompaño a Haidi a lo largo de la novela, no por su enfermedad sino por su tendencia a victimizarse. Es difícil defender las enfermedades fantasma. Tienes dolor pero no es visible, porque lo que te pasa es que no tienes energía. 

Viendo toda esta evolución a nivel de actitud, ¿cómo has vivido tú el proceso creativo?

He de decir que no pensaba que fuera así pero tengo mucha imaginación. Escribía hasta bien entrada la madrugada. Fue un proceso muy intenso, casi obsesivo. Tenía como una misión. Fue muy bonito pero también muy exhaustivo, porque me dedicaba en cuerpo y alma. Los demás trabajos que he hecho han sido más pausados. 

Y cuando acabas la novela, ¿qué sensación te queda?

Una vez acabada, la releí ocho veces. Cambié muchas cosas hasta que un día me decidí a registrarla, y aún registrada hice otro cambio más. Una inseguridad tremenda…

A día de hoy, ¿qué significa El Viaje de Haidi para ti?

Verme a mí en una faceta creativa que desconocía, el poder transmitir este mensaje de autosuperación y de vivir en gratitud. Darle vida a Haidi Grams ha sido fantástico. 

¿Quién es para ti Haidi Grams? 

Para mí es una heroína. Es delicadamente bella, una luchadora nata por las circunstancias en las que nace y crece. Y luego tiene otra cosa, y es que es romántica pero también es pragmática. Es capaz de tomar los golpes de la vida con bastante estoicidad a pesar de sus quejas. Ella no se da cuenta hasta más adelante de la fuerza que tiene. El anhelo de mucha gente es ser feliz y en esa búsqueda a veces no te das cuenta de que ya lo eres.

 

Para ver la entrevista completa:

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Desde Editorial Autografía, agradecemos a Ángela su tiempo y os invitamos a emprender, como ella, nuevos viajes.

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